El tipos de calefacción que tenemos en casa repercute, en enorme medida, en la calidad de vida que haya en ella.
Una calefacción eficiente consigue un hogar climatizado asegurando un ambiente de bienestar y confort.
Por eso, es importante valorar cuál es la alternativa que más nos interese y se acomode en consumo, fiabilidad y eficacia a nuestra vivienda.
A continuación, vamos a ver los factures que pueden influir en nuestra toma de decisión, conociendo de primera mano que es la calefacción.
Que elementos componen la instalación de calefacción en una vivienda
Los sistemas de calefacción están formados distintos componentes.
Ninguno de ellos puede faltar en una instalación de calefacción para que funcione adecuadamente.
En primer lugar, necesitamos una caldera, que es la encargada de calentar el agua que circula por los radiadores y también de suministrar ACS.
Para que la caldera realice sus funciones necesita disponer de un combustible.
Los tipos de calefacción puede ser a gas, eléctrica, pellets o bien de gasoil.
La emisión del calor generado en la caldera tiene salida mediante radiadores u otros sistemas como el suelo radiante.
Para contar con una calefacción más económica y eficaz, se cuenta con diversas llaves reguladoras en los distintos radiadores.
Para lograr la emisión de calor se necesita un sistema de tuberías.
Normalmente instaladas en los tabiques o el suelo del hogar, ocultas bajo la construcción, estas tuberías pueden ser vistas.
Por otro lado, para controlar el uso de las calefacciones, se necesita de un termostato ambiente.
Éste puede estar instalado en la misma caldera o bien en un lugar más accesible del interior de la casa.
El termostato regula el funcionamiento de la calefacción según la temperatura deseada en el interior.
Cómo mejorar la calefacción de una casa
Una de las grandes preocupaciones de los tipos de calefacción, ya sea por radiadores o suelo radiante, es el alto coste energético que supone.
Hay diversos trucos para conseguir una calefacción barata a la par que ecológica.
Es muy importante prestar atención a la temperatura que se le exige a la caldera.
Se sabe que cada grado que se le incrementa al termostato supone un 7 % de crecimiento del gasto.
No hay que pretender estar con ropa de verano en casa mientras que la calefacción trabaja ‘a tope’.
Hay que buscar un equilibrio entre la temperatura de la calefacción a gas o gasoil y la ropa que se lleva.
Por otro lado, para evitar pérdidas de energía innecesarias, hay que tener una buena estanquidad en puertas y ventanas.
Hay que tener un buen mantenimiento de los radiadores. Se recomienda purgarlos al menos una vez al año.
Los radiadores no hay que cubrirlos con ropa ni con muebles, ya que evitan el reparto equitativo del calor en la estancia.
Otra recomendación sencilla, es utilizar alfombras de lana que cubran el suelo, una de las partes más frías del hogar.
¿Cuál es la mejor calefacción para una vivienda unifamiliar?
Entre los distintos tipos de calefacción que se pueden instalar en el hogar, surgen dudas acerca de cuál es el más idóneo.
La opción más empleada en la gran mayoría de viviendas es la caldera de gas y los radiadores de aluminio.
Actualmente, todas las calderas son de condensación, ya que cuentan con un rendimiento más elevado.
Una caldera de condensación aprovecha mejor la combustión del gas, a la vez que tiene una menor generación de CO2.
La caldera de condensación es más ecológica y con menor consumo de gas.
Se estima que puede llegar a suponer un ahorro entre un 20 y un 30 % de gas frente a las calderas convencionales.
Los precios calefacción dependen de la potencia que se necesite, el número de radiadores que se vayan a instalar, el tipo de combustible…
Hay muchas variables en juego, pero lo ideal es hacer una buena inversión que a medio o largo plazo sea rentable y eficiente.
Qué método de calefacción es más eficiente
Un tipo de calefacción que no hemos tratado hasta ahora y que es considerada como una de las más eficientes es la aerotermia.
Es una de las mejores opciones si se vive en climas templados, que no cuenten con temperaturas extremas.
La aerotermia es un tipo de calefacción de bajo consumo que consigue elevar la temperatura del hogar a través de una bomba de calor, aprovechando el aire exterior.
Puede convertirse en una energía más limpia si se combina con placas solares, ya que puede aprovechar la radiación de sol para climatizar el hogar.
Otra opción son las calderas de biomasa. La biomasa se obtiene a partir de residuos agrícolas y de cultivos que se queman para generar el calor necesario en el hogar.
Es un modo de reciclaje, que utiliza productos de deshechos para ser aprovechados en forma de calor.
Entre las grandes ventajas de la biomasa o pellets nos encontramos con que es un combustible realmente económico, por lo que su compra no supone un gasto anual tan elevado como el del gas o el gasoil.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que supone una inversión inicial algo más alta, como ocurre también con la aerotermia.
La biomasa se considera realmente eficiente porque tiene un nivel calorífico alto y es muy aprovechable.
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