La descarbonización se conoce como el conjunto de actividades y acciones que se realización para evitar el uso de combustibles fósiles.
El objetivo es que no se genere carbón para su combustión.
La descarbonización energética es una de las acciones más deseadas, en la lucha para frenar el daño al medio ambiente y el nocivo cambio climático.
Te invitamos a leer más sobre este procedimiento y la importancia que tiene en el presente y el futuro.
La descarbonización ¿qué actividades supondrán más riesgos?
La descarbonización supone un gran beneficio para el medio ambiente, pero también un peligro para las entidades financieras.
Esta acción provoca que las inversiones en actividades con cierto componente contaminante se estén frenando drásticamente.
Si se desea frenar el aumento progresivo de la temperatura global, el cese del uso de combustibles fósiles debe ser real.
El presupuesto que se destina al uso de CO2 debe reducirse y producirse múltiples cambios en el modelo productivo de la economía.
El Banco Central Europeo ha cifrado los riesgos generados por la descarbonización en 1 billón de euros.
El precio descarbonización que se tiene que asumir, es al que se enfrentan las entidades financieras para apostar por energías limpias.
Las entidades han incorporado parámetros para la descarbonización a sus stress test.
En cuanto a las opiniones descarbonización y su inversión, la OCDE, estima una cifra cercana al trillón de dólares.
esta cifra se requere anualmente para cumplir con los objetivos de reducción en la temperatura global.
¿Qué significa la descarbonización para la economía?
La economía nacional y mundial está realmente influida por actividades que implican el uso de combustibles fósiles.
La descarbonización de la economía es necesaria para cumplir con los objetivos marcados por la Unión Europea.
La gran mayoría de actividades de forma individual y colectiva, a nivel particular y laboral, requieren energías fósiles.
Para descarbonizar la economía, el cambio se orienta hacia la ‘electrificación’ de las actividades.
La electricidad tiene que pasar a ser la energía más utilizada en cualquier situación.
Además, lo ideal es que dicha electricidad tenga un origen renovable.
Las plantas eólicas o solares tienen el inconveniente de ser una fuente de energía intermitente, aportan en ciertos casos más energía o cesan en la producción.
Lo interesante en estos momentos para las compañías eléctricas y los países es que sea mucho más constante.
Solo de esta forma los gobiernos no verán la descarbonización como un peligro para el número de puestos de trabajo.
Se trata de buscar la estabilidad laboral y energética a la que vez se va abandonando la emisión de gases contaminantes.
En la Unión Europea se ha tomado como referencia las emisiones producidas en 1990.
Con estas cifras, se busca que en el año 2030 estas emisiones de Co2 se hayan reducido hasta un 40 %.
Sin embargo, se ha incrementado este deseo hasta el 55 %, para mejorar aún más la descarbonización ambiental.
Aprobada la primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España
Los distintos procesos para acabar con el nocivo cambio climático tienen que ir respaldados por Leyes que establezcan unos objetivos.
En España se aprueba, el 13 de mayo de 2021, en Consejo de ministros la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Con esta Ley se busca la descarbonización total en España en el año 2050.
El Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico busca una transición energética lo más limpia posible.
Esta Ley tiene metas más altas que las que se establecen en el reto de descarbonización en Europa de 2050.
Por ejemplo, la descarbonización en sectores como el transporte, la agricultura, ganadería o climatización busca una reducción del 39 %.
Las cifras son similares en el uso de energías renovables así como en la eficiencia energética de todas las actividades.
En torno al 38 % de mejora en España y Europa.
Hay fecha a la prohibición de los coches diésel y de gasolina
Lo que ahora nos parece algo de lo más normal, como son los coches de diésel y gasolina, ya tienen fecha de caducidad.
Con la mente siempre puesta en el año 2050, la descarbonización del motor debe ser total para esta fecha.
En esta descarbonización ambiental se desea que para la próxima década de los 50 todos los vehículos que circulen estén libres de emisión de CO2.
Aunque el año 2050 supone la fecha máxima, el deseo con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética es que en el año 2040 no haya en circulación coches con el uso de diésel o gasolina.
De esta medida se pueden librar coches con matriculación histórica o algunos utilizados con uso comercial.
El resto de coches o vehículos a motor de uso particular tendrán una fuente de energía limpia.
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