Las emisiones de CO2 son el tipo de contaminación más abundante de nuestro planeta hoy en día.
Hacen referencia a las emisiones que proceden del dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero.
La causa del incremento de estas emisiones recae mayoritariamente en las actividades realizadas por el ser humano.
Es muy importante tener en cuenta que este compuesto químico no aparece a partir de la actividad humana.
Se encuentra presente en la atmósfera siguiendo un ciclo que incluye la utilización de este compuesto por animales y plantas.
La cuestión es que cada vez más, la alteración de este ciclo es una consecuencia directa de nuestra constante actividad.
Esto se traduce en un aumento del CO2 actual que se emite a la atmosfera y que se le suma la eliminación de los disipadores naturales como los bosques.
Sabiendo que estas emisiones CO2 tienen consecuencias negativas para la Tierra, ¿qué podemos hacer para reducirlas?
¿Cómo reducirlas las emisiones de CO2?
En el año 2019 las emisiones de CO2 en el mundo alcanzaron su punto más álgido, esta situación preocupó a muchos.
Para frenar las consecuencias del efecto invernadero y el cambio climático actual, algunas organizaciones han puesto en marcha proyectos como el ‘Sembrando O2’ de la Fundación Aquae.
Nosotros, como ciudadanos y adaptando pequeños cambios en nuestro día a día, también podemos ayudar.
El panorama actual que vive la Tierra ahora mismo y las consecuencias que trae consigo en un futuro cercano si no actuamos rápidamente, son devastadoras.
El optar por transportes públicos o medios más respetuosos con el medio ambiente, son ejemplos que están a nuestro alcance.
Utilizar bicicletas para reemplazar el mítico coche privado sería lo más conveniente.
De forma que la masiva utilización de combustibles fósiles se reduzca por no usar más coches que emiten CO2.
Si el empleo del coche es indispensable, entonces se debe escoger una circulación más ecológica y ocupar todos los asientos.
Existen alternativas verdes al coche convencional como pueden ser los híbridos o los eléctricos.
Los alimentos son responsables de casi una cuarta parte de los gases invernaderos.
Resulta interesante que evitar los productos que se transportan desde lejos o requieren un envasado complejo.
Otros consejos que ya se comentan desde hace años son, por ejemplo: seguir la regla de las tres R´s (reducir, reciclar y reutilizar).
– Plantar árboles para contrarrestar la deforestación de los bosques.
– Apostar por el comercio local y productos de kilómetro 0.
– Reclamar más implicación del gobierno en el asunto para frenar el CO2 en la industria.
El objetivo de reducción de emisión de CO2 sube hasta el 60 %
Una nueva meta propuesta por el Parlamento Europeo es aumentar un 20% respecto al 40 % registrado en el 1990.
El objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, meta a cumplir para el año 2030.
El Parlamento considera cruciales los primeros diez años para respetar el Acuerdo de París y que la UE consiga su propia meta de alcanzar la neutralidad climática para 2050.
La Eurocámara es partícipe de que alcanzar la neutralidad climática sea obligatorio para todos los Estados miembros.
De momento Polonia es la única que se desentiende de esta propuesta.
Por un lado, los partidos políticos tampoco se ponen de acuerdo para unificar un consenso.
El Partido Popular Europeo opta por el 55% del planteamiento de la Comisión Europea, mientras que, el grupo de los Verdes fija la meta en un 65% y la Izquierda Unitaria Europea en un 70%.
La renovación de los aparatos obsoletos de calefacción, clave para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de CO2
Por otro lado, hay que buscar ser más eficientes en el hogar con el consumo de energía.
Reemplazar antiguos electrodomésticos por nuevos con bajo consumo (lo mismo con las luces), poner solo dos lavadoras semanales o ajustar el termostato dos grados menos en invierno y dos grados más en verano son acciones muy positivas.
En cuanto al ámbito de la calefacción, es recomendable deshacerse de los aparatos obsoletos por unos más modernos.
Con ellos, se llega a mejorar un 20% la eficiencia en el hogar y se reduce las emisiones de CO2 g/km.
Promover las instalaciones térmicas impulsa el cumplimiento de los objetivos del Parlamento Europeo en reducción de emisiones de CO2.
Lo más aconsejable en la transición es optar por una calefacción por gas renovable, las basadas en electricidad son irrealizables técnica y económicamente.
Cambiar los equipos obsoletos de calefacción doméstica por biomasa reduce las emisiones de PM10
Realizar esta transición con equipos modernos de biomasa acelera significativamente el proceso de descarbonización.
Con estos equipos de biomasa es importante realizar una calibración correcta de la potencia en función de las dimensiones de la vivienda y llevar a cabo un atento mantenimiento.
La Asociación Española de la Biomasa (Avebiom) ha planteado al Gobierno de España la sustitución de combustibles fósiles por sistemas que usen biomasa.
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